domingo, 28 de enero de 2018

Los barcos de Calígula en Nemi

“Mandó fabricar navíos liburnos de diez filas  de remos, con las popas adornadas de piedras preciosas y las velas tornasoladas, en los que había termas, pórticos y comedores de gran amplitud, e incluso una gran variedad de vides y árboles frutales; en estas naves celebraba durante el día banquetes amenizados con danzas y conciertos, mientras recorría las costas de Campania”
Suetonio. Vida de Calígula (37,2)

              
Lago de Nemi


             En la zona central de las Colinas Albanas, a 25 kms al sureste de Roma, se localiza Nemi, en cuyo lago cada verano tiene lugar un fenómeno conocido como Speculum Dianae (Espejo de Diana) caracterizado por el maravilloso reflejo de la luna en el centro del lago. Seguramente por este motivo lo eligió Calígula para construir los dos espectaculares navíos similares a los que se hace referencia Suetonio.
              Tras la muerte del emperador, el Senado ordenó que se destruyeran todas sus obras, fruto de su carácter megalómano. Los barcos fueron hundidos en la profundidad del lago y cayeron en el olvido. Sin embargo, de vez en cuando los pescadores sacaban a la luz objetos antiguos enredados entre sus redes. Ello fraguó la leyenda que en lo profundo del lago se hallaba algún navío colosal.


Uno de los barcos, según National Geographic. 2014


              En 1446, Próspero Colonna propietario de ese territorio fue el primero en querer hallar que escondía el lago de Nemi por lo que encargó la exploración a buceadores profesionales genoveses. Éstos vieron un único barco y al intentar sacarlo a la superficie con técnicas inapropiadas arrancaron parte del mismo, que durante mucho tiempo fue expuesta en Roma.
Así, durante otras ocasiones a través de los siglos se intentaron sacar a la luz los restos de los navíos imperiales. No obstante, no fue hasta 1927, ordenado por Benito Mussolini, cuando se decidió vaciar el lago mediante grandes centrifugadoras. En la primavera de 1928 fue rescatado el primer barco. Entonces se construyó un Museo de las Naves donde fueron expuestos los navíos. Desgraciadamente, el 31 de mayo de 1944, un incendio devastador lo redujo a cenizas.  De las gigantescas naves sólo se salvaron los bronces que aún hoy se exponen en Roma.


Restos del navío

Cabeza de Medusa que adornaba la barandilla que rodeaba al timón. Museo de las Termas. Roma 2018

Cabeza de león.Museo de las Termas. Roma 2018

Cabezas de lobos. Museo de las Termas. Roma 2018


       Las naves medían respectivamente 70 metros de largo por 20 de ancho y 73 metros de largo por 26 metros de ancho. Demuestran el gran desarrollo tecnológico que tenían los romanos en la construcción de barcos de gran envergadura. Probablemente tenían una doble función: lujosa residencia (se ubicaba junto a una gran villa que había pertenecido a Julio César) y lugar de culto destinado a Diana, junto a su santuario.
              En 1988 el Museo de las Naves romanas se reabrió en Nemi aunque las piezas más importantes se exponen en el Museo de la Termas de Roma. El Museo de Nemi cuenta con dos partes diferenciadas: una dedicada a los dos barcos con exposición de modelos a escala y copia de objetos encontrados en las naves y piezas originales (como tuberías de plomo con el nombre del emperador, mosaicos y pavimentos de mármol con incrustaciones). Y otra dedicada al Lago Nemi y al Santuario de Diana.


Pavimento de mármol

Precisamente uno de estos pavimentos de mármol ha retornado el pasado mes de octubre al Museo de Nemi, encontrado por los Carabineros de los Bienes Culturales, en casa de un particular en Nueva York durante una operación extraordinaria de recuperación de obras de arte robadas. El fragmento en el que destacan figuras geométricas en bellos colores rojos, verdes, ocre y azules pertenecía al puente de mando.
El pasado año 2017, varias investigaciones infructuosas han pretendido sacar a la luz una tercera nave. Años antes el descubrimiento de una estatua colosal en Nemi también dio alas a los arqueólogos para afirmar que habían encontrado la tumba de Calígula, algo que tampoco se confirmó. Todo ello es consecuencia de la gran fascinación que sigue despertando la figura del emperador más controvertido de Roma.



domingo, 21 de enero de 2018

Que me odien, siempre que me teman

Tras abandonar la bahía de Nápoles Calígula se encaminó por fin hacia Roma. El espectáculo ofrecido por el emperador en Bayas no hizo más que ahondar la tensa relación entre Calígula y el Senado debido a que el emperador disfrutaba cada vez más humillando a la nobleza.  En los siguientes meses tuvieron lugar una serie de procesos sin mucho fundamento.


La Batalla de Accio. Lorenzo A. Castro

Ello queda reflejado en la conmemoración anual de la Batalla de Accio en la que Augusto se impuso a Marco Antonio y Cleopatra. Calígula despreciaba a su abuelo Agripa, al que consideraba indigno de llevar su sangre por ser de baja estirpe. Por este motivo le gustaba decir que su madre Agripina era fruto del incesto entre el emperador Augusto y su única hija, Julia. No obstante, se sentía orgulloso de ser biznieto de Marco Antonio, por lo que en esta ocasión se presentó como descendiente de aquel. Esta actitud desconcertó al Senado pues Antonio era uno de los personajes considerados nefastos en la historia de Roma. La motivación del emperador era un pretexto sólido para acusar a los cónsules y senadores, pues los habría hecho caer en desgracia tanto si hubieran hecho sacrificios para festejar la victoria de Augusto como si los hubieran hecho por la derrota de Antonio, pues ambos eran sus bisabuelos. Como consecuencia, Calígula destituyó a los dos cónsules. Uno de ellos se suicidó, por lo que se especula sobre un motivo más profundo detrás de las destituciones como la existencia de un posible complot que pretendía atentar contra la vida del emperador.
Estas actuaciones fueron seguidas por una serie de procesos por lesa majestad. Dión Casio esgrime como excusa para éstas la necesidad urgente de recaudar fondos tras los descomunales gastos ocasionados por el puente de Bayas. Los condenados acababan en la cárcel o arrojados por la roca Tarpeya, a menos que se suicidasen. No había garantías ni para los enviados al destierro pues podían morir por el camino o durante el exilio.
También por esta época pareció diluirse el entusiasmo demostrado por el pueblo al inicio del Principado por Calígula. El emperador ya no sólo se contentaba con provocar a los senadores sino que también disfrutaba irritando a la plebe. Los motivos de Calígula, según Dión Casio, eran pueriles. Su ira se sustentaba en que la gente no mostraba el mismo interés por los espectáculos que antaño, que no aplaudía suficientemente a sus actores preferidos o que se enfervorecían por cosas que a él no le gustaban tanto. Así, los hacía esperarle largas horas e incluso le molestaba que lo aclamaran como joven Augusto, pues entendía que le recriminaban tener tanto poder a tan corta edad.
En este contexto se inscribe el famoso episodio en el que un Calígula irritado ante el fervor del pueblo por la victoria en el Circo de un equipo que él detestaba exclamó “Lástima que el pueblo romano no tenga una sola cabeza, para cortarla de un solo tajo”.


Mosaico de los Aurigas. Siglo IV. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida 2014

Suetonio revela algunas de estas actuaciones en relación a la masa popular “En las representaciones teatrales, para sembrar un motivo de discordia entre la plebe y el orden ecuestre, concedía sus liberalidades demasiado temprano, a fin de que los asientos reservados a este último estamento fueran ocupados incluso por las gente de más baja condición. En los combates de gladiadores hacía a veces retirar los toldos cuando el sol quemaba más, y ordenaba que no se dejara salir a nadie; eliminaba asimismo los número de costumbre, y en su lugar, presentaba fieras que  no se tenían en pie, gladiadores que no valían nada, y, como espadachines, padres de familia respetables, pero que se distinguían por algún defecto físico. A veces, ordenó incluso cerrar los graneros y condenó al pueblo a pasar hambre” (Vida de Calígula, 26, 4-5).
Sin embargo, al peligroso camino iniciado por Calígula en contra del Senado y el Pueblo le quedaba la parada más temeraria: contra el ejército y su propia guardia pretoriana. Algunos de los procesos contra los senadores habían sido dirigidos hacia personajes que contaban con tropas bajo su mando. Del mismo modo, ya analicé cómo en su viaje a Germania condenó a Getúlico comandante al mando de las tropas allí acantonadas.

domingo, 14 de enero de 2018

El puente más increible: de Pozzuoli a Baia

“Sé que la mayoría ha creído que Cayo (Calígula) imaginó este puente para rivalizar con Jerjes, el cual provocó una gran admiración cuando cubrió de forma similar el Helesponto, que sin embargo es bastante más estrecho; y que según otros, su intención era atemorizar con la fama de alguna obra grandiosa a los germanos y britanos, a los cuales hostilizaba. Pero cuando yo era niño, oía contar a mi abuelo que el motivo de esta obra, revelado por los esclavos personales del emperador, habían sido las palabras del astrólogo Trásilo a Tiberio, cuando se hallaba angustiado a propósito de su sucesor y más inclinado hacia su verdadero nieto, asegurándole que Cayo (Calígula) tenía tantas posibilidades de ser emperador como de recorrer a caballo el golfo de Bayas”.
Suetonio. Vida de Calígula. 19, 3


Golfo de Pozzuoli con Baya a la izquierda y Pozzuoli a la derecha


En mayo del año 40 a.C. (según Séneca la fecha más acertada), Calígula llegó a las afueras de Roma tras su periplo de viajes por Germania y la Galia. Para sorpresa de todos no entró en la ciudad, sino que se dirigió hacia el sur rumbo a la bahía de Nápoles, donde puso en marcha uno de los espectáculos más impactantes de su Principado: un inmenso puente para unir Puteoli (el puerto más grande de Italia, actual Pozzuoli) con Bayas (un célebre lugar de ocio), durante un recorrido de más de 5 kilómetros de mar.
Para conseguirlo  confiscó barcos mercantes en todo el Mediterráneo, los unió y creo un gran puente de pontones a lo largo del cual se habían amontonado grandes pilas de tierra y se habían construido estaciones de servicio con agua corriente para que asemejara la Via Appia.

El Puente de Calígula. Ferdinando Roberto. Principios del siglo XIX

Al llegar a Bayas, el emperador ofreció sacrificios a Neptuno (dios del mar) y a la Envidia. Ataviado con la armadura que se dice había arrebatado al cadáver de Alejandro Magno y capa dorada, con la cabeza coronada por hojas de encina, cabalgó a lomos de su caballo bajo el sol estival resplandeciendo como un dios, seguido de una hilera de soldados totalmente uniformados a pie y a caballo. Calígula quería demostrar que era el señor no sólo de todo el orbe, sino también de los mares.
El mundo jamás había visto algo así, por lo que una multitud se agolpó en la costa para contemplar extasiada la tremenda puesta en escena llevada a cabo por el emperador.
¿Pero que pretendía Calígula con algo así?. En primer lugar, con el eco de las palabras de Trasilo resonando en sus oídos, volver a demostrar que para él, dueño del mundo, todo era posible.

Probable estatua de Calígula a caballo. Siglo I d.C. Londres. Museo Británico

En segundo lugar, ridiculizar una vez más al Senado y a las tradiciones de Roma, pues en vez de contentarse con celebrar un triunfo tras su vuelta del Norte a la manera tradicional, optó por esta forma de celebración donde no estuvieran presentes senadores ni magistrados algunos. Sólo se rodeó de los pretorianos y de sus mejores amigos. A su lado, para demostrar su supremacía universal, cabalgaba un príncipe parto como rehén.
Cuando anocheció, se encendieron grandes hogueras que iluminaban a los hombres que habían participado en el desfile mientras se celebraban banquetes en los barcos atracados  a lo largo de todo el puente. Para aumentar la diversión, Calígula, cuando hubo bebido y comido cuanto quiso, arrojó a algunos de sus acompañantes al mar, al mismo tiempo que ordenó que unos barcos fueran embestidos por otros.
Aún en el siglo XVIII se conservaban restos del puente, que algunos historiadores tachan como una idea innovadora y visionaria para acercar ambos polos del Golfo, independientemente del motivo que animó al emperador a levantarlo.
Tras haber demostrado a los nobles los irrelevantes y aburridos que eran frente a él que era capaz de cabalgar sobre el mar, lleno de euforia decidió regresar a Roma.

domingo, 7 de enero de 2018

Julia Livila

Julia Livila era la hermana pequeña de Calígula y la menos famosa de las tres. Nació aproximadamente en el año 18 d.C. en la Isla de Lesbos, por tanto era 6 años menor que el emperador.
Cuando apenas contaba con 1 año de edad se produjo la muerte, en extrañas circunstancias, de su padre Germánico lo que la condenó a una infancia convulsa. Tras la caída en desgracia y muerte de su madre y hermanos mayores, pasó a vivir con su abuela Antonia la Menor junto con sus hermanas. En 29 d.C., tras la muerte de la emperatriz Livia, Calígula también se instaló con ellas.

Moneda con Calígula en el anverso y sus tres hermanas en el reverso
Fuente: By Classical Numismatic Group, Inc. http://www.cngcoins.com, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29068141

Las fuentes aportan pocos datos sobre Livila. Aún en vida de Tiberio, la joven contrajo matrimonio en 33 d.C. con Marco Vinicio. Cuando su marido fue nombrado procónsul de Asia, Livila lo acompañó a Oriente. Después, en los primeros momentos de su Principado, Calígula la colmó de honores, al igual que a sus hermanas mayores. Como ellas, fue acusada de cometer incesto con el emperador, algo que no está demostrado.
Como he apuntado en otras ocasiones, la obsesión de Calígula por su hermana Drusila y el desinterés total demostrado por éste, tras la muerte prematura de la muchacha, por sus otras dos hermanas, enfrió las relaciones entre Calígula y Livila.
En 39 d.C. fue acusada de participar en la conspiración de Getúlico para acabar con la vida del emperador, por lo que fue desterrada por éste a la isla de Pandataria junto a su otra hermana Agripina la menor.

Villa de Punta Eolo en Pandataria donde vivían los exiliados de la familia imperial. Siglo I a.C.

En 41 d.C., cuando Calígula fue asesinado, regresó a Roma de la mano del nuevo emperador, su tío Claudio. Éste sentía una tierna simpatía hacia su sobrina lo que despertó la suspicacia de la emperatriz Mesalina que la acusó injustamente de adulterio con Séneca, por lo que fue mandada ejecutar por Claudio en el año 42 d.C. El filósofo también fue condenado a muerte aunque la pena le fue conmutada por el exilio. Los celos de Mesalina impidieron la salvación de Livila. Una vida desdichada para una joven nacida en cuna de oro.
Su lápida funeraria es una de las que se encontraron en el interior del Mausoleo de Augusto. La inscripción funeraria dice así “LIVILLA GERMANICI CAESARIS FILIA HIC SITA EST”. En los Museos Vaticano también se conserva una preciosa urna de alabastro que debió contener sus cenizas. Probablemente su hermana Agripina la enterró allí cuando se convirtió en emperatriz.

Lápida funeraria de Livila. Siglo I d.C. Roma. Museos Vaticano